El 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas. Según explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la fecha coincide con el nacimiento de un apicultor esloveno, Anton Janša. Se trató de un esloveno nacido en Breznica que ya en el siglo XVIII era pionero en las técnicas modernas de apicultura y deleitaba a la monarquía austriaca con su producción.
Orgullosa de su legado, Eslovenia ha sido el principal impulsor de este día por la importancia de estos insectos en la supervivencia de los ecosistemas y por tanto en la seguridad alimentaria. El Día Mundial de las Abejas fue establecido por la ONU en 2017 y desde entonces se lo conmemora cada año para recordar el valor de estos polinizadores.
La estrecha relación entre los eslovenos y la apicultura
No debería sorprendernos que el Día Mundial de las Abejas haya surgido como una iniciativa de Eslovenia, ya que en la cultura eslovena las abejas son muy importantes. No sólo son admiradas por su incasable labor, en la cual muchos eslovenos se ven reflejados, sino que ademas merecen un respeto especial. Por ejemplo, en idioma esloveno existen dos verbos para designar la muerte “umreti” y “crkniti”. El primero hace referencia a la muerte de los humanos, mientras que el segundo a la de los animales e insectos. Sin embargo, las abejas gozan de una posición de privilegio frente a los otros animales, por así decirlo, por lo cual el verbo que designa su muerte es “umreti”, el mismo utilizado para designar la muerte de los humanos.
Las abejas han sido por siglos muy importantes para los agricultores eslovenos. Incluso hoy se encuentran diversos productos típicos a base de miel que integran la gastronomía eslovena. Se destaca la miel pura, los licores del tipo medica, espumantes como la medena penina, galletas y dulces tales como el lectovo srce. Productos que pueden adquirirse en ferias locales como en tiendas de souvenir en Liubliana. Tampoco se debe olvidar que muchos le atribuyen a la miel poderes curativos (ya se trate de beber una taza de té en casa o de realizar un tratamiento a base miel en un spa)
Otra curiosidad es el arte esloveno de pintar los paneles frontales de las colmenas. Dicha expresión artística popular estuvo muy extendida en el país y si bien comenzó centrada en temas religiosos se fue secularizando e incluyendo distintas temáticas como la vida de los campesinos e hitos históricos. El Museo de Apicultura de Radovljica es quizás uno de los mejores lugares para apreciar este arte reconocido por la UNESCO.
En los últimos años han surgido diversos proyectos turísticos vinculados a la miel en Eslovenia, siendo Beeland uno de ellos.