Comprender la historia de la actual asociación eslovena de córdoba implica remontarse a dos instituciones previas que le dieron origen, la Sociedad y Biblioteca Yugoslava de Socorros Mutuos y la Sociedad Cultural Eslovena Iskra
La Sociedad y Biblioteca Yugoslava de Socorros Mutuos fue fundada el 1 de enero de 1928. Su primer presidente fue Pablo Pavcovich (croata). En 1930 Pavcovich fue sucedido por Bartolomé Kovacevic, de origen esloveno. Así, esta institución revelaba el predominio del sentimiento de pertenencia a Yugoslavia, por encima de las diferencias étnicas.
Sin embargo, el impacto de la crisis del ’30 significaría un duro golpe a esta primera institución que reunía a los eslavos del sur. Las malas condiciones económicas llevaron a los yugoeslavos que se habían instalado en la ciudad de Córdoba, a migrar nuevamente dentro de la Argentina en búsqueda de trabajo. Esta situación llevó al cese de las actividades, a una menor participación, a la escasez de fondos y finalmente a la falta de un espacio físico para la colectividad. La situación fue tan crítica que los muebles de la sociedad debieron ser depositados en la vivienda de uno de los socios, José Francetic. Años más tarde, el señor Francetic jugaría un papel muy importante en la conservación de las instituciones eslovenas.
Concomitantemente, en 1930 se creaba una sociedad que reunía únicamente a los paisanos eslovenos: la Sociedad Cultural Eslovena Chispa (Slovensko Kulturno Društvo Iskra). En el año 1931 esta segunda sociedad cambiaría su nombre por el de “Sociedad Cultural Obrera Chispa” (Delavsko Kulturno Društvo Iskra). Esta nueva denominación denotaba que la sociedad se alineaba al socialismo y crecía la conciencia de clase entre sus socios. La asociación de Córdoba pasó a ser filial de la Asociación Ljudski Oder de Buenos Aires (creada en 1925 y que tuvo su origen en la Delavsko Kulturno Društvo Ljudski Oder socialista, establecida en 1905 en Trieste).
Concomitantemente, en 1930 se creaba una sociedad que reunía únicamente a los paisanos eslovenos: la Sociedad Cultural Eslovena Chispa (Slovensko Kulturno Društvo Iskra). En el año 1931 esta segunda sociedad cambiaría su nombre por el de “Sociedad Cultural Obrera Chispa” (Delavsko Kulturno Društvo Iskra). Esta nueva denominación denotaba que la sociedad se alineaba al socialismo y crecía la conciencia de clase entre sus socios. La asociación de Córdoba pasó a ser filial de la Asociación Ljudski Oder de Buenos Aires (creada en 1925 y que tuvo su origen en la Delavsko Kulturno Društvo Ljudski Oder socialista, establecida en 1905 en Trieste).
Frente al contexto de crisis, estas asociaciones de Córdoba difícilmente podrían haber seguido con su labor.
Fue la iniciativa de los socios lo que permitió vislumbrar una solución. El señor Francetic junto con otros socios propusieron la unión de la “Sociedad y Biblioteca Yugoeslava” con la “Sociedad Cultural Obrera Chispa”. Así, estas sociedades, que ya daban cuenta de la intención y necesidad del mutualismo y de la importancia de la colectividad, se fusionarían dando origen a la Sociedad de Obreros Eslovenos de Socorro Mutuos “La Unión” (Slovensko Delavsko Podporn Društvo “Edinost”) creada el día 25 de agosto de 1940. Los principios básicos de la nueva sociedad mutual fueron, de acuerdo con el Acta de Constitución, los siguientes:
a) Propender y mantener inalterablemente los principios de respeto patrios a la tierra de origen, inculcando muy especialmente, en sus socios, como igualmente en sus hijos y demás familiares, el respeto y considerar debidos hacia los vínculos de la nacionalidad argentina, como un deber indestructible de agradecimiento por la acogida generosa a todos los extranjeros, que residen en esta tierra de América, cuyos efectos serán obligación de la Sociedad a construirse, festejar dignamente los días Patrios Argentinos y a hacer conocer a sus asociados los grandes hechos y próceres nacionales que constituyeron esta tierra de libertad y de promisión para los extranjeros.
a) Propender y mantener inalterablemente los principios de respeto patrios a la tierra de origen, inculcando muy especialmente, en sus socios, como igualmente en sus hijos y demás familiares, el respeto y considerar debidos hacia los vínculos de la nacionalidad argentina, como un deber indestructible de agradecimiento por la acogida generosa a todos los extranjeros, que residen en esta tierra de América, cuyos efectos serán obligación de la Sociedad a construirse, festejar dignamente los días Patrios Argentinos y a hacer conocer a sus asociados los grandes hechos y próceres nacionales que constituyeron esta tierra de libertad y de promisión para los extranjeros.
b) Establecer una corriente de acercamiento espiritual entre todos los yugoslavos, y en especial entre los eslovenos residentes en esta ciudad, tratando de agruparlos en su seno, como igualmente, establecer vínculos con el propósito de propender al mejor desarrollo de los fines establecidos en el punto anterior.
c) Crear, establecer, fundar y desarrollar todo lo concerniente a Mutualismo, mediante el otorgamiento de servicios médicos-farmacéuticos y demás que estime necesario y conveniente para intensificar y lograr los fines mutuales para sus asociados.
Los primeros debates de la nueva sociedad se llevaron a cabo en la casa de Juan Gorse y se conformó una Comisión Directiva. Pero las dificultades continuaron: se produjo el alejamiento de varios socios, las condiciones económicas seguían siendo adversas y además se planteaban problemas ideológicos. Fueron años duros para la institución, ya que debió enfrentar divisiones internas e intervenciones. Tras las elecciones del 8 de febrero de 1942 la vida de la institución se fue encauzando. El 18 de junio del mismo año se compró el terreno para la sede social y el 31 de octubre se aprobó el estatuto. Se fue produciendo además un despegue ideológico y político de la situación que atravesaba la patria de origen. En 1943 se inauguró la primera habitación de la Sociedad y posteriormente se incorporaría nuevos terrenos y se construiría una mayor infraestructura. La participación de los asociados se materializó en donaciones de materiales de construcción diversos y en mano de obra. Finalmente, en el año 1947 la asociación se inscribió en la Dirección Nacional de Mutualidades, y en 1950 obtuvo la personería jurídica.
Los primeros debates de la nueva sociedad se llevaron a cabo en la casa de Juan Gorse y se conformó una Comisión Directiva. Pero las dificultades continuaron: se produjo el alejamiento de varios socios, las condiciones económicas seguían siendo adversas y además se planteaban problemas ideológicos. Fueron años duros para la institución, ya que debió enfrentar divisiones internas e intervenciones. Tras las elecciones del 8 de febrero de 1942 la vida de la institución se fue encauzando. El 18 de junio del mismo año se compró el terreno para la sede social y el 31 de octubre se aprobó el estatuto. Se fue produciendo además un despegue ideológico y político de la situación que atravesaba la patria de origen. En 1943 se inauguró la primera habitación de la Sociedad y posteriormente se incorporaría nuevos terrenos y se construiría una mayor infraestructura. La participación de los asociados se materializó en donaciones de materiales de construcción diversos y en mano de obra. Finalmente, en el año 1947 la asociación se inscribió en la Dirección Nacional de Mutualidades, y en 1950 obtuvo la personería jurídica.